La muerte de mi hijo y de mi esposo

Allá uno no puede tener hijos. Los hijos que pueden nacer son los hijos de los comandantes, ninguno más.
Estaba mi hijo grande, yo lo sentía y todo, cinco meses. Y me descubrieron bañándome. Porque mi intención era tenerlo, volarme y tenerlo. Pero entonces me descubrieron y no pude, entonces me llevaron aquí a este puesto de salud.

Esta que está aquí soy yo. Ya este es un aborto que yo tuve porque allá uno no puede tener hijos, allá lo obligan a abortar a uno y si uno se opone pues lo matan también con hijo y todo. En la guerrilla es así.

Aquí me aplicaron la droga y todo, aquí me sacan al pelaito, yo lo sentía moverse y todo. Ya cinco meses son cinco meses; estaba grande.

Acá el papá de mi hijo se dio cuenta de lo que iba a hacer entonces él se opuso y mire lo que le pasó: a él lo mataron, él tenía como unos 28 años. Estaba jovencito también, se llamaba Eduardo, a él le decían “Duende”.
Y el médico, al enfermero después que me sacó al bebé también lo mataron, aquí mismo, aquí adentro. Porque él dijo que no, que el peladito estaba muy grande, que me lo dejaran tener.

Esa vez perdí las dos personas que yo quería tanto ese día, mi hijo y el papá de mi hijo. Pues yo tenía como 16 años. Mi primer hijo.

¡Yo nunca me voy a olvidar de eso! ¡Nunca me voy a olvidar lo que yo he vivido!

Uno pinta los muertos pero en ese momento los hace que están vivos. Ellos resucitan otra vez.