Venganza sin límite y testiga la naturaleza

Esto sucedió en un municipio de Norte de Santander, cerca al Río Catatumbo.

Estos dos muchachos se robaron una motocicleta, el muchacho al que se le quitan empezó a decirles: “ustedes no saben con quién se metieron”.

Los muchachos lo cogieron a cacha con un revolver y lo aporrearon, lo metieron a la orilla de la carretera y uno de ellos lo violó.

El papá del muchacho era un ganadero que tenía mucho que ver con las Autodefensas. El señor dijo que daba 20, 25 millones de pesos para el que encontrara los tipos con la moto.
Los muchachos iban en la moto y se encontraron con un reten de las Autodefensas. Los pararon y los capturaron.

El papá del muchacho dio la orden de que los violaran.

Al muchacho le metieron el tubo de una escopeta por el recto y le decían: “¿Le gusta? porque si le gusta maricón yo se la sigo metiendo toda la noche…”

El comandante se cansó de hacerle eso y le disparó.
Al otro muchacho le mocharon las dos manos, murió desangrado.

El comandante se abstuvo de dar la orden de enterrarlos y dijo: “Más bien informemos para que saquen esas chuchas de ahí”.